
No necesitamos consejos, héroes de carne y hueso, ni mucho menos historias reales que protagoniza una muerte sórdida, implacable y vencedora. Esta indiferencia preserva la ilusión de inmortalidad o, en las mentes más lúcidas, de un desenlace natural, apacible, libre de sufrimiento.
Precisamente, Biografía de mi cáncer se destaca por no brindar consejos, por no hablar en términos de heroismo y por negarle a la Parca el rol principal. En cambio, sí nos permite asomarnos a las reflexiones de la autora sobre su relación con la vida y sobre el concepto de eternidad.
La honestidad intelectual es una de las mayores virtudes de Kolesnicov. La periodista de Clarín hace honor a su profesión: escribe de manera llana, llamando a las cosas por su nombre, sin victimizarse/enaltecerse, sin transigir ante el marketing del morbo y la conmiseración. Los destellos de miedo, bronca, tristeza, humor, hastío, rebeldía, sensación de impotencia son prueba de una transparencia cruda que convence, emociona y acerca.
Quizás por eso algunos nos sentimos un poco amigos de Patricia después de leerla. O al menos nos sumamos a la lista de personas que la quieren y que, aún desde el anonimato y la virtualidad, celebramos algo más que su libro y el elogio de Saramago: su admirable entereza contra la adversidad y su conmovedora generosidad a la hora de compartir su obra online
Fuente:La spectatrice -Egresada TEA-
No hay comentarios:
Publicar un comentario